Un hombre de 31 años, José María River, revive una historia marcada por el rechazo y la discriminación en el mundo del fútbol hace 15 años. Como adolescente de 16 años, se vio obligado a abandonar su pasión por el fútbol debido a la hostilidad que enfrentó después de revelar su bisexualidad a algunos de sus compañeros de equipo en el Motril Club de Fútbol en Sevilla. A pesar de haberse alejado del deporte que amaba, River nunca renunció a su sueño de jugar al fútbol en un ambiente inclusivo.
El año pasado, durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, River decidió convertir su sueño en realidad al fundar el Rinos FC, el primer equipo de fútbol abiertamente LGTBI en Granada. Lo que comenzó como una idea audaz con solo unos pocos miembros ha crecido hasta convertirse en un equipo diverso con más de veinte jugadores de diversas orientaciones sexuales.
El Rinos FC no solo representa un equipo de fútbol, sino también un símbolo de inclusión y aceptación en un deporte donde la homofobia todavía persiste. Con el objetivo de desafiar las barreras existentes en el mundo del fútbol, River y su equipo están avanzando hacia la federación y la competición en la Tercera División andaluza.
A pesar de enfrentar algunos desafíos y críticas, el apoyo que han recibido de las instituciones y la comunidad ha sido abrumadoramente positivo. River espera que el Rinos FC no solo inspire a jóvenes LGTBI que buscan un ambiente seguro en el fútbol, sino que también eduque a la sociedad en general sobre la importancia de la inclusión y el respeto en el deporte.
Con determinación y coraje, River y su equipo están preparados para enfrentar cualquier obstáculo que encuentren en su camino hacia la igualdad en el fútbol. Están decididos a detener cualquier forma de discriminación y a convertirse en un ejemplo a seguir para otros equipos y comunidades en toda España.
«Si tenemos que parar un partido porque hay insultos homófobos, lo vamos a parar. Alguien tiene que ser el primero, y si pasa lo haremos con satisfacción».