Un residente de Esponellà, una pequeña localidad en la provincia de Girona, ha consumido un notable 11,3% del suministro total de agua del municipio durante el año 2023, que experimentó condiciones de sequía. El individuo utilizó 5,6 millones de litros, en comparación con los 46 millones consumidos por toda la comunidad. El Ayuntamiento lo ha sancionado con una multa de 3.000 euros, el máximo establecido por una infracción grave, y le ha advertido sobre la posible suspensión del suministro si no toma medidas urgentes.
Las sospechas apuntan a un excesivo riego del jardín y llenado frecuente de la piscina, además de una posible fuga en el sistema automático. El infractor, quien pasa períodos prolongados en el pueblo, acumuló una factura de más de 45.000 euros por el excesivo consumo de agua, que contrasta con el límite de 230 litros por habitante y día establecido durante la sequía.
El Ayuntamiento, preocupado por el impacto en el abastecimiento del municipio, ha instado al infractor a corregir las prácticas de riego y piscina. La advertencia llevó al individuo a tomar medidas, como desactivar el sistema automático de la piscina y regularizar su consumo.
La Agencia Catalana del Agua considera este caso como extremo y poco común. Aunque el infractor expresó arrepentimiento y desconocimiento sobre su excesivo consumo, el Ayuntamiento mantiene una vigilancia rigurosa para evitar futuras incidencias.