Ayer murió en Milán el escritor, filósofo y semiólogo italiano Umberto Eco, el último superviviente del Renacimiento que cabalgaba entre la rosa y el pédulo para mostrar su curiosidad por la vida y su crítica mordaz por cuanto nos acontece. Tenía 84 años, había hacido en Alessandria el 5 de enero de 1932. La última de las obras de su fecunda carrera como autor de novelas de éxito y ensayos de semiótica, estética medieval o filosofía, fue Número cero, una mirada más que novedosa y especial sobre la crisis de la comunicación de masas y del periodismo, en la que nos advierte que todos los males comenzron en los años cicuenta y sesnta cuando llegó la televisión, sin duda una frase para reflexionar.
¿Cómo no recordar alguna de sus frases sobre la realidad actual? Por ejemplo, sobre las redes sociales Eco afirmó: “El fenómeno de Twitter es por una parte positivo, pensemos en China o en Erdogan. Hay quien llega a sostener que Auschwitz no habría sido posible con Internet, porque la noticia se habría difundido viralmente. Pero por otra parte da derecho de palabra a legiones de imbéciles”.
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