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¿Crisis en la derecha? Las puñaladas que se lanzan PP, Vox y Ciudadanos dan aire a Pedro Sánchez

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Casado y Abascal, la derecha

La foto de las tres derechas en Colón se pixela. Aquel muro de hormigón armado que se erigió como pedestal de la unidad de España se resquebraja. PP y Ciudadanos comienzan a censurar ciertos comportamientos de Vox, aunque lo hacen con palabras romas, incapaces de deshilachar cualquier pacto, al menos de momento. Los gobiernos en los que participan las tres formaciones surgieron con el propósito de impedir que el PSOE gobernase. Con ese punto de partida, el viaje está siendo complicado.

El pasado 6 de diciembre Ciudadanos, ahora sumido en la irrelevancia parlamentaria tras haber adoptado parte del discurso de Vox, abandonó la manifestación convocada en Barcelona por el 41º aniversario de la Constitución después de ver a varios simpatizantes de Vox exigiendo la derogación de la ley de violencia de género. “Desde Ciudadanos, consideramos que es un día de celebración de los valores de la Constitución española, y no cabe hacer proclamas que cuestionan la lucha contra una de las peores lacras de nuestra sociedad”, aseguró la formación antes de desmarcarse de la manifestación organizada por el colectivo Cataluña Suma.

Roces en la Comunidad de Madrid

El día anterior, en la Comunidad de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular, tras el ataque a un centro de primera acogida de menores de Hortaleza, calificó de racista el discurso de Vox sobre los menores inmigrantes no acompañados (MENA) que llegan a Madrid.

“Empiezo a estar cansada de la manipulación torticera de cualquier noticia”, dijo Ayuso. “Lo importante es la situación de estos menores, no sé dónde queda su moral cristiana (…) Es una situación que ya cansa, porque nadie arrima el hombro, nadie colabora. El Gobierno no atiende las fronteras; la izquierda con su moralina y su emigración incontrolada, tampoco; y ustedes tampoco, señores de Vox (…) ¿Qué pasa, que si la conducta incívica es de un españolazo está bien vista? Para mí, todas las conductas incívicas son condenables (…) Poner en tela de juicio si pesa más o menos un acto incívico según el origen de la persona que lo comete tiene otro nombre”, subrayó la presidenta, según recoge El País.

Los primeros cien días de gobierno conjunto en la Comunidad de Madrid se celebraron soplando diferencias. Rocío Monasterio fue invitada a la celebración, pero no acudió. Ayuso agradeció el apoyo de la extrema derecha en la investidura y subrayó su compromiso con las medidas que ofreció a cambio de sus votos, pero Ignacio Aguado, vicepresidente, optó por omitir mención alguna a Vox. En cien días, varios rifirrafes. Por delante, más de tres años de legislatura.

Encontronazos en la derecha

En el PP coinciden en que Vox está apostando por hacer del mensaje de recelo contra los inmigrantes su eje de acción política. Ven un giro hacia el modelo de la extrema derecha francesa, una ‘lepenización’ de su discurso. Fue precisamente Marine Le Pen la encargada de fagocitar a la derecha tradicional francesa. La extrema derecha, recordemos, es la segunda fuerza política en nuestro país vecino.

El presidente del PP, Pablo Casado, en los actos por el aniversario de la Constitución, criticó los “intentos de unos de introducir la plurinacionalidad o la nación catalana y de suprimir el Estado de las autonomías de otros”, en clara alusión a Vox. Fuentes consultadas por varios periódicos señalan que la relación entre Casado y Abascal es buena, no así entre sus respectivos círculos de confianza.

Las relaciones entre las tres formaciones también se vieron perjudicadas tras la composición de la Mesa de la Cámara Baja, donde Vox, después de que el PSOE intentase establecer –sin éxito– un cordón sanitario a su alrededor, se hizo con un asiento mientras que Ciudadanos se quedó a cero. Las discrepancias que surgieron a última hora permitieron que ese cargo fuese a manos de Unidas Podemos, por lo que Twitter se llenó de reproches entre populares, naranjas y ultraderechistas. Una batalla en la derecha que inyecta aire a Pedro Sánchez.

Tirón de orejas de Donald Tusk

El pasado miércoles, el Partido Popular Europeo (PPE) proclamó al polaco Donald Tusk como su nuevo presidente con el 93 % de los votos de los 540 delegados. En una entrevista concedida al diario El País, Tusk asegura que no hay espacio de diálogo con los movimientos ultraderechistas. “De hecho, yo lo que quiero es enfrentarme a esa tendencia porque creo que el PPE debe ser una fuerza política capaz de proteger a Europa del riesgo que supone el aumento del nacionalismo y del extremismo (…) Para mí, la línea roja no es política, sino de valores humanos”, dijo.

Asimismo, ha lanzado la siguiente advertencia a Casado y los suyos: “El problema de empezar a flirtear con los extremistas no es que encuentres intereses comunes, sino que empieces a pensar lo mismo que ellos. Es muy fácil transformarte si estás en contacto estrecho con ese tipo de poderes. Hay que protegerse de ese tipo de tentación”. Quizá sea tarde para llamar a la protección, pues los acuerdos ya han sido firmados. Pero estas advertencias, de vez en cuando, no vienen mal.

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