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El efecto del proteccionismo en los mercados

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El efecto del proteccionismo en los mercados 1

La llegada al poder de Donald Trump y Theresa May va a marcar un antes y un después en muchos sentidos. El fantasma del proteccionismo y el aislacionismo que encaran estos dos líderes asusta a las bolsas europeas, que cuentan sus últimos cierres por pérdidas. Pero está por ver que ambos puedan llevar a cabo sus planes de forma unilateral y establecer un nuevo orden económico hecho a su medida, pues el brexit no se va a llevar a cabo según sus deseos y Trump aún no se ha cerciorado de que gran parte de sus decisiones deberán ser ratificadas por los organismos pertinentes.

Sectores estratégicos de la industria, el automovilístico, las compañías farmacéuticas, las constructoras y energéticas, todas por unos u otros motivos, están en el ojo del huracán con la llegada al poder del nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Las reacciones se han sucediendo desde el triunfo electoral de noviembre del pasado año, pero el impacto será definitivo cuando la nueva administración comience a tomar medidas.

En el último informe sobre el sistema financiero, el Banco de México reconoce que la economía nacional enfrenta un entorno adverso que se ha agravado a raíz de la incertidumbre generada por la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos.

Pero la gran incertidumbre se cierne sobre la Unión Europea, atenazada con las declaraciones del nuevo presidente. Ahora, la realidad es que la crisis global puede empañar los principios más nobles que han instituido la integración de Europa, es decir, aquella que ha garantizado a sus países miembros una elevada cota de paz y bienestar desde la segunda posguerra mundial.

Pero los líderes políticos y los capitanes de empresas se preguntan en Europa por las consecuencias, en todo caso imprevisibles. Por ello, cabe recordar el legado de quienes iniciaron la unión del continente a partir de 1945. En especial, la experiencia que supuso superar enfrentamiento históricos y dramáticos.

Con todo, la gran cuestión se centra en el papel que tendrá el euro frente a un dólar fuerte. La llegada de Trump y el Brexit han impactado de forma decisiva en ese equilibrio imperfecto que se mantenía desde el arranque del siglo actual. Así las cosas, cabe esperar que en 2017, el euro no será la moneda refugio y sí lo será el dólar.

La primera ministra británica, Theresa May tiene en su mano algunas de las claves del equilibrio europeo, dependiendo de la negociación con la UE. Según el artículo 50 del Tratado de Lisboa debería activarse la negociación en el primer trimestre de 2017, iniciando con ello el proceso de separación.

El Gobierno puede necesitar la aprobación del Parlamento, lo que debería suavizar el proceso y reducir la probabilidad de un Brexit duro. Pero a la vez, ante la falta de apoyo parlamentario de May no cabe descartar elecciones anticipadas.

Tras el shock de la inesperada victoria que se tradujo en fuerte volatilidad, la política monetaria de la Reserva se impuso y el dólar terminó subiendo. A corto plazo, las expectativas generadas por el anuncio de políticas de gasto y rebajas de impuestos de Trump pueden mantener al dólar. A medio plazo, el aumento en las rentabilidades de los bonos representa un aumento claro en el coste del capital, justo en un momento de claro retroceso en los retornos del capital, lo que afectará negativamente a la inversión y al PIB y, por tanto, no favorecerá al billete verde.

Con ello, en Europa el voto del “NO” en Italia a las reformas de Matteo Renzi supone una congelación de facto de las reformas que ni el país transalpino ni Europa pueden permitirse. Italia podría estar abocada a unas elecciones anticipadas en las que la permanencia en el euro sea el tema estrella.

En Holanda, las fuerzas extremistas están ganando terreno; en Alemania, las encuestas apuntan a una victoria menos clara para Merkel y sus aliados políticos; mientras que en Francia, el frente nacional de Le Pen se proyecta para mejorar sus posiciones.

Los operadores de los mercados indican que durante este año alcanzaremos la paridad euro – dólar. Hoy, un dólar nos cuesta 1,04 euros, lo que ya lo sitúa en niveles de finales del año 2002. Mientras, para otros analistas, se pronostica un escenario de 0,99 dólares por euro a finales de 2017, algunos incluso sitúan a la moneda europea en los 0,95 dólares.

El Ibex comenzó el año al alza e intenta alcanzar la cota de los 9.500 puntos en un momento decisivo para invertir ante nuevos horizontes. Si las decisiones vienen condicionadas por las decisiones del nuevo presidente norteamericano, el análisis ha estado indicando que no todas las promesas de Trump eran tan malas, aunque ahora también se apunta que no todo es tan bueno como descuentan los inversores.

El nuevo presidente se muestra muy seguro: “la protección engendrará prosperidad y fuerza. Voy a luchar por vosotros hasta el último aliento, y nunca, jamás, os abandonaré”. El plan de infraestructuras que anuncia el nuevo presidente, aunque aún sin cuantificar o explicar suficientemente, podría acarrear un indeseado aumento del déficit público; mientras sus medidas proteccionistas dañarían la economía estadounidense, la más beneficiada por la globalización en los últimos 50 años.

Los primeros planes expansivos de Trump, bajada de impuestos e inversiones masivas acampañadas de políticas proteccionistas duras provocarán fuertes subidas en Wall Street. La incógnita es saber la reacción en los mercados europeos, los analistas apuntan a la baja, pero podrían equivocarse.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, ha advertido en Davos que la política económica del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, no será positiva para el mundo, pese a la primera reacción en las Bolsas.

 

analytiks

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