La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha empezado con mal pie su mandato después de que apellidase a la vicepresidencia encargada de migración, seguridad, educación y juventud con la frase, ya conocida por muchos, “protección del estilo de vida europeo”. Esto es precisamente lo que busca la extrema derecha, influencia, que cale su mensaje discriminatorio. Esta concesión es peligrosa, por mucho que su promotora defienda su postura afirmando que no se puede permitir que los ultras secuestren “nuestras palabras”.
A principios de julio, Von der Leyen presentó sus claves programáticas en el Parlamento Europeo bajo el epígrafe ‘La protección de nuestro estilo de vida europeo’. Y de julio, cuando la Eurocámara ratificó a la ministra de Defensa de Angela Merkel por 383 votos a favor (nueve por encima de la mayoría necesaria), a septiembre lo que antes era un epígrafe de programa de gobierno ha pasado a formar parte de una vicepresidencia encargada de coordinar la migración.
Von der Leyen, un discurso que abrazaría la extrema derecha
En julio, según ha recogido eldiario.es, Van der Leyen defendía un discurso basado en la seguridad, muy en la línea con lo que defiende el ultraderechista –ahora sin poder– Matteo Salvini o el apestado por los populares europeos, Viktor Orbán. “Necesitamos unas fronteras exteriores fuertes. Una pieza fundamental en esta ambición es el refuerzo de la agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (…) Me gustaría que estos guardias pudiesen actuar en las fronteras exteriores de la UE en 2024 (…) Toda persona que se encuentre en la UE tiene derecho a sentirse segura en la calle y en su propio hogar. A la hora de proteger a nuestros ciudadanos no se puede prescindir de ningún medio”.
Dada la polémica suscitada, Von der Leyen escribió un artículo para defender su posición y eliminar cualquier alineamiento con la ultraderecha. En la misiva, publicada en El País, la presidenta de la CE manifestaba que ese “estilo de vida europeo” no es más que el cumplimiento del artículo 2 del Tratado de la UE, que dice así: “La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres”.
The European way of life also means listening and debating with one another to find solutions for the common good. This is what I want us to do together.
Read more?https://t.co/gRj4ZoNPNC pic.twitter.com/BjFatzvL1i— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) September 16, 2019
El estilo de vida europeo: lo que debería ser
Por supuesto, esta no es la cuestión. No es apropiado caracterizar a los europeos por su estilo de vida y no por su comportamiento objetivo. Ser europeo no significa vincularse a la cultura judeocristiana, participar de unos usos y costumbres estéticos y hasta gastronómicos, alzar muros en las fronteras para evitar la penetración de ‘otros’ estilos que generen inconvenientes mestizajes.
Ser europeo es estar vinculado a los Tratados de la Unión, disfrutar de las libertades civiles y políticas que las normas fundamentales nos garantizar y ser partícipes de una concepción federalizante de nuestras instituciones. Hemos de huir del nacionalismo europeo y, como ha dejado por escrito la propia presidenta de la CE con buen tino en el citado artículo, construir una “UE de igualdad en la que todos tengamos el mismo acceso a las oportunidades” y se proteja a los más vulnerables.
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