Al Jazeera es, como se sabe, una cadena de televisión por satélite fundada en 1996 por el Gobierno de Qatar, con la intención de proporcionar transparencia al mundo árabe, tradicionalmente opaco e inaccesible, en gran medida por el carácter autoritario y sombrío de sus gobiernos. Paulatinamente, la cadena ha ido consiguiendo ingresos por su actividad comercial, y hoy es autosuficiente y disfruta de un importante grado de autonomía. Tiene una audiencia de unos 270 millones de personas y se ha convertido en una de las primeras cadenas del mundo. Y, por supuesto, es la primera de su ámbito natural. Cuenta con numerosos canales: varios deportivos, uno de retransmisiones en directo, otro en inglés que abre su universo a Occidente, etc.
Al Jazeera, que subraya su independencia, dio noticia puntual de las ‘primaveras árabes a partir de 2010, y especialmente la retransmisión en directo de las revueltas egipcias hizo historia y permitió al mundo asistir en directo a aquel magno espectáculo de emancipación, después frustrado. Se ha dicho, y con razón, que desde la Edad Media no había fluido tan abundantemente la información del Cercano Oriente y el mundo árabe a través de medios de comunicación propios, distintos de los occidentales. Hugh Miles, autor del libro ‘Al Jazeera – How Arab TV News Challenged the World’, publicado en 2005, escribía recientemente en “Te Guardian” (reproducido en España en diario.es), lo siguiente:
«Antes de que Al Jazeera empezase a emitir, las cadenas de noticias árabes eran simplemente palabrería totalitaria. Las noticias se centraban principalmente en lo que el jeque, emir o presidente estaba haciendo ese día, algunas noticias sobre su heredero y una pieza rápida sobre lo afortunada que era la nación de tener tales figuras de autoridad. Al Jazeera acabó con eso, dando voz a todo tipo de voces anteriormente vetadas, desde israelíes y Muamar Gadafi a rebeldes chechenos, los talibanes y Osama bin Laden».
«En sus días de gloria, las ciudades árabes quedaban en silencio cuando empezaba el programa “La dirección opuesta”, de Faisal al Qassem. La cadena tiene un largo historial de exclusivas, incluida su cobertura de la “Operación Zorro del Desierto” en Irak en 1998, una entrevista con Bin Laden después del 11S y la invasión estadounidense de Afganistán, cuando Al Jazeera era la única cadena de televisión presente en el país y se convirtió durante semanas en agencia de noticias para el mundo».
«Al Jazeera fue el primer canal árabe en introducir periodismo de investigación y el primero en recibir en sus programas a todo tipo de invitados anteriormente vetados con los que abordaba asuntos polémicos como los atentados suicidas y la existencia de Dios. Esa actitud rebelde destruyó tabúes sociales, políticos y religiosos y creó una nueva forma de informar en la región. Introdujo conceptos como democracia y derechos humanos y rechazó drásticamente los límites de la libertad de expresión».
Y, como es natural, las informaciones que ha proporcionado sobre países hasta hace poco totalmente impermeables y opacos le ha generado críticas y animadversiones de toda índole, y Qatar ha sufrido presiones innumerables para intervenir y/o clausurar la cadena.
Como es bien conocido, el 23 de junio, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto impusieron a Qatar unas sanciones económicas y diplomáticas sin precedentes, seguidas de un agresivo bloqueo y amenazas de nuevas acciones si Qatar no cumple la lista de 13 exigencias, entre las que está el cierre sin paliativos de A Jazeera.
Un ultimátum en estos términos, que pretende cerrar el faro mediático del mundo árabe, se califica por sí solo. Y merece que la comunidad internacional salga en defensa de ese gran faro democrático, que ha de servir de instrumento de modernización y apertura en la región.
En defensa de la libertad de expresión y en clara protesta por el ultimátum recibido de Arabia Saudí y otros vecinos, el Comité de Derechos Humanos de Qatar ha celebrado en Doha una Conferencia internacional sobre Libertad de Prensa, a la que han asistido representantes de las principales instituciones periodísticas mundiales (el Instituto Internacional de Prensa y la Federación Internacional de Prensa). A continuación se reproduce una nota informativa sobre la Conferencia.
Nota informativa sobre la Conferencia Internacional “Libertad de expresión, plantándole cara a la amenaza”
Los días 24 y 25 de julio de 2017 en Doha, Qatar, se celebró dicha conferencia internacional a la que acudieron representantes internacionales, regionales y nacionales de organizaciones de periodistas, derechos humanos y grupos de libertad de expresión y que fue organizada por el Comité Nacional de Derechos Humanos de Qatar, en cooperación con la Federación Internacional de Prensa y el Instituto Internacional de Prensa donde condenaron inequívocamente la amenaza de los gobiernos del Reino de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, la República Árabe de Egipto y el Reino de Bahréin exigiendo el cierre de Al Jazeera y otros medios de comunicación que incluyen Arabi21, Rassd, Al Araby Al-Jadeed y Middle East Eye, además, expresaron su solidaridad total con los periodistas y trabajadores de Al Jazeera y los demás medios de comunicación puestos en el punto de mira.
Esta conferencia recomienda:
- Seguridad de los periodistas: reconocen las numerosas resoluciones adoptadas por los diferentes organismos pertenecientes a las Naciones Unidas condenando los ataques contra periodistas y trabajadores de medios de comunicación sobre el derecho de información y libertad de expresión. Asimismo reconocen el trabajo de dichos profesionales que se enfrentan a riesgos como intimidaciones, acoso y violencia.
La conferencia hace un llamamiento a las autoridades para que:
- Reconozcan todas las recomendaciones y resoluciones promovidas por organismos internacionales.
- Implementar inmediatamente el último plan de la ONU en esta materia.
- Reconocer y aceptar la obligación de proteger a periodistas y civiles durante los conflictos.
- Reforzar los mecanismos nacionales y las leyes para terminar con la impunidad, así como facilitar asistencia legal para prevenir la violación de las leyes humanitarias internacionales.
- Libertad de prensa: sabiendo que la libertad de expresión es un derecho humano fundamental recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la conferencia hace un llamamiento a las autoridades para que:
- Reconozcan el derecho de los medios de comunicación a informar libremente y a que los ciudadanos tengan acceso a esa información.
- Limitar su capacidad de restringir el acceso a los medios de comunicación y permitir la transparencia e independencia a la hora de publicar informes.
También hace un llamamiento a los periodistas para que respeten los códigos de conducta que demandan legitimidad y exactitud, y que dejen de aplaudir el prejuicio y la ignorancia.
- Derechos internacionales de los trabajadores: la conferencia reconoce que la libertad de expresión y en particular la de prensa, está unida a la libertad de los trabajadores de medios de comunicación para que puedan desempeñar su trabajo sin intimidación ni discriminación. Hace un llamamiento a las autoridades para que respeten las disposiciones del artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y que cumplan con las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo.
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