Siete trabajadores humanitarios extranjeros, asociados a la organización World Central Kitchen (WCK) del chef José Andrés, perdieron la vida en la madrugada del martes durante un supuesto ataque aéreo israelí en el centro de Gaza.
La misma organización confirmó las siete muertes, indicando que las nacionalidades de las víctimas eran de Australia, Polonia, Reino Unido, además de un palestino y un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense y canadiense.
World Central Kitchen expresó su devastación por el suceso y anunció la suspensión de sus operaciones en Gaza. Según declaraciones de la ONG, un convoy que llevaba su logo y estaba compuesto por dos vehículos blindados y uno sin protección fue atacado al abandonar su almacén en Deir al-Balah, tras haber descargado más de 100 toneladas de alimentos llevados por vía marítima. Los movimientos del convoy habían sido comunicados al Ejército israelí, según la organización. El CEO de World Central Kitchen, Erin Gore, calificó el ataque como «imperdonable».
Se cree que estos son los primeros trabajadores humanitarios extranjeros asesinados desde el inicio de la guerra de Gaza el 7 de octubre, un conflicto que ha cobrado la vida de más de 32,800 personas, en su mayoría mujeres y niños.
Tanto Hamás, el grupo islamista palestino, como Israel han reaccionado ante el suceso. Hamás condenó el ataque, afirmando que muestra la política de «asesinatos sistemáticos» de Israel contra civiles y equipos de ayuda internacional. Por su parte, Israel aseguró que investigaría lo ocurrido a través del Mecanismo de Investigación y Evaluación de Hechos, y se comprometió a cooperar con World Central Kitchen en sus esfuerzos humanitarios en Gaza.
Los trabajadores de World Central Kitchen estaban en Gaza como parte de una misión humanitaria junto a la ONG Open Arms para establecer un corredor humanitario marítimo entre Chipre y la Franja, ante las dificultades para la entrada de ayuda por tierra.