A juzgar por su estrategia, así parece. El secretario general de Podemos está convencido de que una repetición de los comicios le colocará en segundo lugar, frente a la derecha y que esa posición le permitirá liderar la izquierda. Todos los pasos se dirigen en esa dirección, pero ¿y si es justo al revés y, tras el 26 de junio, ocurre justo lo contrario y se produce en realidad un retroceso electoral?
Nadie conoce en realidad quien trabaja los estudios demoscópicos de Podemos, pero si parece que todos sus dirigentes lo tienen claro, su deseo es que se repitan las elecciones y alcanzar el mismo objetivo que ya consiguieron al engullir a Izquierda Unida, pero ahora conseguir el mismo objetivo con el PSOE.
¿Quién susurra al oído de Pablo Iglesias? ¿quién le dice que no pacte con nadie y menos aún con Pedro Sánchez para forzar una repetición electoral?
Desde la primera ronda de consultas del Rey, Iglesias ha jugado fuerte para o bien lograr un pacto en el que él mismo sería el hombre fuerte o bien se vaya a unas nuevas elecciones. Pero olvida que cabe la coalición que propone el presidente del gobierno en funciones y, en ese caso, aunque más que improbable, le quedaría el dudoso honor de ser el gran líder de la única oposición, que lógicamente alcanzaría niveles épicos.
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