España se sitúa entre los países europeos en los que más horas se trabaja, con una media de 1.691 horas al año, muy por delante de potencias europeas como Alemania, Holanda, Noruega, Dinamarca, Francia o Reino Unido.
Además de la jornada laboral, que en España es de ocho horas, factores como los tiempos de desplazamiento o los descansos para comer, que en algunos casos alcanzan las dos horas, hacen que los trabajadores de las empresas españolas pasen entre diez y doce horas fuera de casa solo por motivos laborales.
Esta larga rutina dificulta enormemente la conciliación con la vida familiar y de ocio, lo que repercute, a su vez, sobre las horas de sueño. La población española duerme, de media, 6,43 horas diarias, muy por debajo de las ocho que la OMS recomienda para conseguir un descanso saludable. Además, el 45 % de las mujeres tienen prevalencia a presentar una pobre calidad del sueño, frente al 30 % de los hombres.
Estos factores, sumados a los datos de empleados que trabajan fuera del horario laboral –el 65 %, según el Instituto de Política Familiar-, contribuyen a que España se coloque entre los países de Europa con una productividad por persona ocupada más baja. Así, mientras los vecinos franceses producen 85.000 euros anuales por persona ocupada, en España apenas se superan los 50.000 euros anuales por trabajador.
A mayor flexibilidad, mayor productividad
Los mismos datos muestran la relación directa entre la productividad por persona ocupada y las horas incluidas en la jornada de trabajo, así como la flexibilidad laboral que las empresas ofrecen a sus trabajadores.
Suecia, uno de los países europeos con mayor productividad -98.000 euros por trabajador al año- utiliza horarios de trabajo más flexibles, y dispone de unas condiciones de trabajo que favorecen plenamente la conciliación familiar con la vida laboral. Las bajas de maternidad y paternidad -480 días entre padre y madre, obligando al padre a ocupar, al menos, 70 días del permiso- o las facilidades de los trabajadores suecos para trabajar desde casa, son algunas de las claves del éxito.
Por último, en Francia, la jornada laboral de 35 horas semanales, de obligado cumplimiento para empresas públicas y privadas, se viene aplicando desde el año 1998. Según la OCDE, la aplicación de esta medida tiene como consecuencia la reducción drástica del absentismo laboral.
El nuevo escenario energético
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