San Bartolomé de Pinares, una pequeña localidad abulense de apenas 599 habitantes, celebra cada madrugada del 16 de enero las conocidas como fiestas de las Luminarias en honor a San Antonio Abad, patrón de los animales, y en la que cientos de jinetes deben saltar grandes hogueras a lomos de su caballo. La fiesta consiste en la propagación de cerca de una treintena de fogatas por todo el pueblo y en la que casi 300 vecinos atraviesan con sus burros o caballos el fuego a toda velocidad con el fin de purificar a sus animales y de privarles de enfermedades durante todo el año.
Según el Ayuntamiento del municipio, se trata de una tradición vigente desde el siglo XVIII y sus orígenes se remontan a la necesidad de poseer animales con buena salud para la subsistencia en épocas difíciles de epidemia, donde multitud de animales morían. Además, el uso de las hogueras se debe a que los antiguos castellanos le atribuían al fuego propiedades mágicas y purificadoras.
Comentarios