La respuesta está en la CUP, ya que mientras el gobierno del Molt Honorale Senyor Carles Puigdemont cree avanzar con paso firme hacia la desconexión de España, sus planes se pueden ver truncados, no solo por los recursos que el ejecutivo de Madrid presenta ante el Tribunal Constitucional, sino por las duda de uno de sus apoyos más inciertos. La CUP se impacienta y podría sufrir una división interna de incalculables consecuencias.
Se conoce el origen de la tradición de comer huevos al finalizar el invierno, una reminiscencia de la Edad de Hielo. En efecto, cuando no quedaban provisiones, con la llegada de la primavera volvían las aves desde el sur y empezaban a poner huevos, de los que todo el que podía se alimentaba hasta que se podía volver a cazar con la llegada de mejores temperaturas. ¿llegara el Molt Honorale al comerse el huevo de Pascua?
Pues eso, el tiempo no mejora y la Coordinadora d’Unitat Popular, la CUP, empieza a no ver claro el futuro del Gobierno catalán y buscan lo que denominan una apuesta auténticamente independentista.
La CUP hizo todo lo posible por impedir la investidura de Artur Mas, lo que a la vez suponía hacer que el proces entrara en vía muerta. Su apoyo en el tiempo de descuento no pudo desplazar al partido de Pujol y Mas de la dirección. Además, no logró imponer una agenda social presentable a sus bases con políticas contra la austeridad y, en el fondo, no se ha establecido una hoja de ruta clara y directa hacia la independencia real. ¿Se impondrá el camino de la desconexión o el de la desobediencia ? Veremos.
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