¿Alguien sabe quién pronunció estas palabras? Son parte de un discurso pronunciado el 14 de diciembre de 1976 por un hombre clave de la Transión. Aquellas palabras tienen hoy un siginficado muy especial y por su valor simbólico en estos días, reproducimos a continuación parte del discurso:
“Es evidente que todo ha cambiado en esta nación… Surgió en la piel de España, en toda su riqueza, un pluralismo que tiene que ser aprovechado y canalizado para ser útil a la comunidad… ¿Es lícito que adoptemos la cómoda postura de contemplar el cambio sin proporcionarle los instrumentos jurídicos y políticos para que sea positivo y creador?
Creemos que nadie, salvo el pueblo en su conjunto, como dueño de sus destinos, tiene autoridad para dirigir el cambio.
El proceso político que está viviendo España es quizás único en la historia. Difícilmente se encuentran precedentes conocidos. Y si todo cambio político implica dificultades, lo que es excepcional implica dificultades excepcionales.
Realizar un cambio que es verdadero, y hacerlo pacíficamente, sin revoluciones y sin traumas, es una empresa merecedora de despertar las mayores ilusiones.
Somos conscientes de nuestro compromiso. Sabemos de la dificultad, como he dicho antes, de gobernar una situación de cambio, cuando la legislación está anclada en el puerto de salida y tenemos que llegar al puerto de destino de una democracia plena. Por todo ello, tenemos que conseguir un difícil equilibrio: el difícil equilibrio de conjugar la legítima autoridad del Estado y el prestigio de sus normas con los cambios sociales ya producidos y que son irreversibles.
Yo estoy convencido de que, en estas circunstancias, el pueblo español reforzará su serena y digna decisión de votar por una España en paz y concordia basada en la soberanía popular, porque sólo así se podrán clarificar las situaciones de confusión”.
¿Todavía lo dudan?
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