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Los mensajes de la campaña, sin pensar en los pactos

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Los mensajes de la campaña, sin pensar en los pactos 1

La campaña de los comicios del 26-J se vive entre la emoción por lo incierto del resultado y el hastío al tratarse de una repetición en pocos meses. En todo caso, la clave para los electores es interpretar los mensajes de las principales propuestas de los partidos.

El viejo profesor, Enrique Tierno Galván, mantenía que los programas electorales se hacen para no cumplirse y, en efecto, nunca se cumplen y, menos aún, en su integridad. Incluso, lo habitual es exactamente lo contrario de lo prometido. Es clamorosa la ocasión, a principios de 2012, en la que el PP ofreció bajar impuestos y nada más llegar al gobierno adoptar ,como primera medida, una importante subida del IRPF.

No es el único partido que ha cometido hazañas semejantes. El PSOE ofreció en los primeros años 80 convocar un referéndum para salir de la OTAN que, en efecto, acabo convocando cuatro años después, pero justo para permanecer en la organización militar.

En esta campaña el PP vuelve con uno de sus clásicos y ofrece bajar los impuestos como principal medida para impulsar la economía y crear empleo. La propuesta ha sido muy criticada por su negativa influencia sobre el déficit público, aunque los populares argumentan que la famosa curva de Laffer acaba provocando un aumento de los ingresos para la hacienda pública.

Mientras, el PSOE propone una tasa específica para sufragar las pensiones, señalando que no se tocará el IRPF y se subirán los impuestos de patrimonio, sociedades, fortunas y medioambientales.

Ahora los electores tendrán que creer o desconfiar, según juzguen, pero además deben valorar si las propuestas de uno y otro facilitan un posible acuerdo entre ambos o, al menos, el segundo pueda apoyar al primero si ello es imprescindible, sino necesario, como parece.

Es decir, en esta cita con las urnas tan ajustada, las propuestas deberían ser juzgadas y valoradas en un doble sentido, no solo por su carácter innovador o por su teórica idoneidad, sino sobre todo por su capacidad para facilitar los pactos,  ya que necesariamente los partidos estarán obligados a encontrar acuerdos que permitan la gobernabilidad y, de esta forma, evitar una nueva repetición electoral.

En otra de las ideas, calificada como original, Rajoy propone jornadas de trabajo hasta las 18 horas. Además, Rajoy quiere cambiar el huso horario para que toda España tenga el mismo que Canarias. Por su parte, PSOE y Ciudadanos proponen en su pacto “la recuperación del huso horario GMT”, a lo que el líder del PP añadió la propuesta de crear un “banco de horas” en las empresas para que los padres puedan acumular tiempo para conciliar, algo parecido a lo que Sánchez y Rivera denominan “créditos de horas”.

El presidente en funciones anuncia también crear un sello con incentivos fiscales para las empresas que tengan guarderías o faciliten el teletrabajo.  PSOE y Ciudadanos proponían el pasado febrero publicar el listado de empresas “adheridas al sello horario racional”. Finalmente, Rajoy también planteó la ampliación en 10 días del permiso para los padres con alguna discapacidad o que tengan hijos discapacitados.

Es decir, estamos viendo que hay medidas que buscan el consenso, facilitar la negociación cuando llegue el momento decisivo de los pactos.

Otros partidos adaptan su programa. Es el caso de Ciudadanos que busca que los ciudadanos entiendas sus propuestas. Afirman que su programa no cambia, aunque sí la forma de comunicarlo, que se entienda mejor. Sus dirigentes reconocen que había medidas que no se entendían correctamente, como en el caso de la lucha contra la violencia de género.

La propuesta provocó el rechazo y ataque de todos los partidos. Una frase de apenas nueve palabras acabó siendo demoledora para Ciudadanos. Ser original a veces tiene un coste y aporta poco si se piensa en el día después de las elecciones.

¿Y qué pasa con el pacto IU-Podemos? El texto de su programa ha sido bautizado como “Cambiar España: 50 pasos para gobernar juntos”, y está organizado en torno a cinco ejes temáticos: económico, social, político-institucional, medioambiental e internacional. En el punto 2 se afirma que “el nuevo Gobierno deberá presentar y acordar con las autoridades europeas una nueva senda de reducción del déficit público que resulte coherente con las prioridades de nuestra economía”. Parece claro que la idea no busca facilitar la negociación con los partidos que defienden la permanencia en el actual modelo de la Unión Europea y el euro.

En consecuencia ¿qué debemos pedir a los partidos? Que propongan lo que deseen pero que, al mismo tiempo, piensen en la viabilidad de sus propuestas para ser acordadas con otras formaciones, al menos con las más cercanas, si es que hay alguna, algo que no acabó apareciendo después del 20-D. Esperemos que esta vez se piense en el espíritu de concordia de la Transición del 77.

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