Los mercados y el mundo de la economía internacional empiezan a dar muestras claras de preocupación ante la situación de incertidumbre que presenta la política española, abocada a una repetición de elecciones en el mes de junio.
Así, la agencia Moody’s baja la calificación a España de “positiva” a “estable” con lo que se aleja la posibilidad de mejorar el ‘rating’, al mismo tiempo que prevé que no haya medidas de calado “con independencia de quién gobierne”. Por ello, en consecuencia, amenaza con bajar -de nuevo- aún más el índice si se derogan reformas de la etapa Rajoy.
La agencia Moody’s ha anunciado que mantiene en Baa2, un aprobado bajo, el rating del Reino de España, pero rebaja la perspectiva de positiva a estable, lo que quiere decir que se aleja la posibilidad que existía el pasado año de subir la nota. Moodys argumenta esta nota en que el control de las cuentas públicas es peor que el previsto, sobre todo por el gasto desaforado de las comunidades autonomas. así como por el sistema de pensiones.
Lo que más ha pesado para rebajar la perspectiva de España, apunta la agencia, ha sido que las mejoras institucionales de los últimos años han tenido un impacto menor del previsto, incluyendo el mayor control presumido, lo que limita el potencial para la mejora de la posición fiscal futura del país y de su trayectoria de crecimiento.
La agencia ve probable que la mayor sensibilidad hacia el gasto social de los nuevos gobernantes surgidos de los comicios regionales de mayo de 2015 se materialice en los presupuestos definitivos. En concreto, siete de las 11 regiones calificadas prevén aumentar su gasto operativo por encima del 2%, con subidas de hasta el 5,4% (Murcia) y el 8% (Comunidad Valenciana).
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