El superordenador más rápido del planeta, ‘El Capitan’, ha entrado en funcionamiento para llevar a cabo tareas críticas de seguridad nacional en Estados Unidos. Desarrollado por el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LLNL) en California, este coloso de la computación no solo es un hito tecnológico, sino que se convierte en un pilar fundamental para la gestión del arsenal nuclear del país.
Desde noviembre del año pasado, ‘El Capitan’ ha estado operando con el objetivo de garantizar la seguridad y fiabilidad de las armas nucleares sin necesidad de realizar pruebas subterráneas. Según explica el LLNL, su capacidad de simulación avanzada es clave para modernizar y administrar el arsenal estadounidense, además de respaldar otras misiones críticas.
Pero su alcance va más allá de la defensa nuclear. Este superordenador también se emplea en investigaciones sobre materiales avanzados, física de alta densidad energética y el desarrollo de armas convencionales, entre otras áreas. Para ello, combina inteligencia artificial y aprendizaje automático, tecnologías que permiten optimizar su rendimiento y ampliar sus capacidades de simulación.
Con una potencia máxima de 2,746 exaflops, ‘El Capitan’ se convierte en el tercer superordenador en alcanzar la computación a exaescala, siguiendo los pasos de ‘Frontier’ y ‘Aurora’. Su impresionante hardware incluye más de 11.000 núcleos de CPU y GPU, apoyados en 44.544 aceleradores AMD Instinct MI300A y procesadores EPYC de cuarta generación. Además, su red de interconexión Cray Slingshot 11 permite un procesamiento de datos ultrarrápido.
Este avance consolida a Estados Unidos como líder en el ámbito de la supercomputación, con aplicaciones que van desde la defensa hasta la investigación científica. ‘El Capitan’ no solo marca un nuevo récord de potencia, sino que redefine los límites de lo que la tecnología puede hacer por la seguridad y el conocimiento humano.