Viajar a Vietnam y Camboya es embarcarse en un recorrido por paisajes de ensueño, ciudades increíbles y una historia rica que resuena en cada rincón. En 15 días, es posible sumergirse en la esencia de estos dos países del Sureste Asiático, combinando la majestuosidad de sus templos con la serenidad de sus paisajes naturales y el calor de su gente.
Llegando a Hanoi
La aventura comienza en Hanoi, la capital de Vietnam. Esta ciudad mezcla lo tradicional con lo moderno, desde sus bulliciosos mercados hasta sus tranquilos lagos. Recorrer el Barrio Antiguo es como retroceder en el tiempo, con calles estrechas llenas de puestos que venden desde artesanías hasta sabrosos platos callejeros como el famoso pho. Un paseo por el Lago Hoan Kiem, al atardecer, ofrece una vista espectacular y un vistazo al espíritu vibrante de la ciudad.
No se debe perder la oportunidad de visitar el Mausoleo de Ho Chi Minh y la Casa de Ho Chi Minh sobre pilotes, ambos lugares emblemáticos que cuentan la historia del líder revolucionario vietnamita. El Templo de la Literatura, dedicado a Confucio, también merece una parada por su belleza arquitectónica y su historia como la primera universidad del país.
Bahía de Halong
Desde Hanoi, un corto viaje lleva a la Bahía de Halong, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con sus miles de islotes de piedra caliza emergiendo del agua esmeralda, es un lugar que parece salido de un sueño. Una noche en un crucero permite explorar cuevas, nadar en playas escondidas y disfrutar de la paz bajo un cielo estrellado.
Para quienes buscan una experiencia menos concurrida, la cercana Bahía de Lan Ha ofrece una alternativa igual de espectacular pero más tranquila.
Hoi An
El siguiente destino es Hoi An, un encantador pueblo costero conocido por sus farolillos de colores y su arquitectura colonial bien conservada. Al llegar, es difícil no sentirse transportado a otra época mientras se pasea por sus calles adoquinadas. Hoi An también es famoso por su cocina; inscribirse en una clase de cocina vietnamita puede ser una manera deliciosa de aprender sobre su cultura.
La ciudad también sirve como base para explorar My Son, un conjunto de templos hindúes del antiguo reino Champa, rodeados de una exuberante selva.
Ho Chi Minh y los túneles de Cu Chi
La ciudad de Ho Chi Minh, también conocida como Saigón, representa el dinamismo del Vietnam moderno. Desde el Museo de los Restos de la Guerra, que ofrece una mirada al pasado reciente del país.
No muy lejos, los túneles de Cu Chi invitan a explorar la red subterránea utilizada por los soldados vietnamitas durante la guerra. Esta visita brinda una perspectiva única sobre la resistencia y creatividad del pueblo vietnamita.
Siem Reap
Al cruzar a Camboya, el viaje continúa en Siem Reap, hogar del icónico complejo de templos de Angkor. Angkor Wat, con su imponente arquitectura y sus intrincados grabados, es el más conocido, pero otros templos como Bayon, con sus caras talladas, y Ta Prohm, invadido por raíces de árboles, son igualmente fascinantes.
Los amaneceres en Angkor son un espectáculo imperdible. Para quienes deseen profundizar en la historia del Imperio Khmer, el Museo Nacional de Angkor en Siem Reap ofrece un excelente contexto.
Phnom Penh
La capital de Camboya, Phnom Penh, ofrece un contraste entre su historia trágica y su espíritu resiliente. El Palacio Real y la Pagoda de Plata impresionan por su esplendor, mientras que el Museo del Genocidio Tuol Sleng y los Campos de la Muerte en Choeung Ek sirven como recordatorio de los horrores sufridos durante el régimen de los Jemeres Rojos.
Un paseo junto al río al atardecer o una cena en alguno de los restaurantes locales que combinan sabores tradicionales con influencias modernas, ofrecen una perspectiva diferente y más esperanzadora de esta ciudad en constante transformación.
Consejos prácticos para el viaje
Es importante tener en cuenta algunos aspectos prácticos para un viaje exitoso, se puede reservar online en agencias como Estoy Bien Mamá, que ofrecen un Viaje a Vietnam y Camboya de 15 días, ahorrando mucho tiempo en la organización. Desde asegurarse de obtener las visas correspondientes hasta elegir la mejor época del año para evitar las lluvias. La temporada seca, de noviembre a marzo, es ideal para explorar sin contratiempos climáticos.
En cuanto al transporte, los vuelos internos y los viajes en autobús o tren son opciones cómodas y asequibles para moverse entre ciudades. También se recomienda contratar guías locales para aprovechar al máximo las visitas a los lugares históricos.